martes, 25 de agosto de 2009

El living del amor

Hay un sillón en el Starbucks del Abasto en el que no sé por qué fenómeno físico, químico, psico-ántropo-sociológico o lumínico, las parejas parecen creer que se vuelven invisibles a los ojos del resto de la humanidad. En todos los sillones suele haber parejas besuqueándose con ruido toda la tarde (cosa que no pasa en otros lugares que yo haya visto, pero bueno, tal vez sea el formato sillón), pero este sillón en particular parece ser el reservado. La gente se chapa como si estuviera en el famoso túnel de Amerika. Y tiene rotación permanente, se va una pareja y cae otra, y se va esa y cae otra, y todas le dan como si estuvieran en el living de su casa. Entiendo que el sillón está semioculto por un costado gracias a una columna, pero desde el 85% del café (y desde la calle) el sillón se ve perfectamente. En fin, curiosidades que uno observa cuando decide irse a trabajar a otro lado.

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