martes, 4 de agosto de 2009

Every f***ing time...

Todas las veces que llevo encima una bolsa o papeles o lo que sea aparte de mi cartera, me lo termino olvidando en algún negocio o bar y tengo que volver a buscarlo. Y no sirve que lo piense explícitamente antes: en cuanto lo apoyo en el piso o en una silla, para mi mente deja de existir. Si mi cuerpo siente el peso de la cartera colgada del hombro, no necesita nada más. Con suerte, a los pocos metros necesito algo que está dentro de la bolsa y vuelvo. Otras, como hoy, me tomo el subte en Florida, saco el libro que estoy leyendo de la cartera, asocio rápida pero tardíamente "libro - papel - bolsa con papeles", y me tengo que bajar en Pellegrini, volver hasta Florida y caminar un cuadra hasta el negocio donde dejé la bolsa.

Todas las malditas veces.

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